Hecha
la ley, hecha la trampa. Reza un antiguo refrán, que en esta
oportunidad nos cae como; “anillo al dedo”
En
la época colonial, era muy común observar en la arquitectura
monacal, la falta de una torre.
Por
lo general las iglesias de aquellos tiempos, solían tener una
patrón arquitectónico muy peculiar y a la vez común. Todas las
edificaciones presentaban dos torres en su diseño general, con las
excepciones que toda regla tiene.
Como
de nuevas tierras y mundo se trataba, la corona española sembró
iglesias en todos los rincones que pudo del continente Sudamericano.
El
Perù y Lima que eran el eje central de su nuevo imperio; no podían
estar en un segundo plano por lo que la corona que estaba asociada a
la iglesia como el mar a la playa, procuraban una partida de dinero
especial para la evangelización y por ende, para la edificación de
templos.
El
asunto consistía en que: mientras la iglesia no estuviese terminada,
oleada y sacramentada; seguiría percibiendo la ayuda económica para
poder continuar con su edificación.
Claro
esta que esta condición, llevo a los curitas a inventarse una maña
para procurarse “el pan nuestro de cada día” Por tanto vieron
que si dejaban una torre a medio construir, podían tener una buena
excusa para seguir siendo merecedores de la “gracia divina”
Es
así que como mencionaba al comienzo; era muy común que a las
iglesias de Lima en donde es mi escenario autorizado para opinar: les
faltara una torre.
Esta
mala practica se termino, cuando España dejo poder y llego la
“independencia”
Los
nuevos gobernantes, si bien continuarían apoyando a la iglesia
incondicionalmente y viceversa, ya no contaban con un presupuesto tan
holgado como para continuar con este apoyo. Así que gradualmente las
iglesias fueron acomodándose al nuevo régimen y algunas terminarían
de construir su torres a tirones y jalones y otras en donde la
parroquia propiamente dicha no era muy solvente, se quedarían con
una torre de menos.
Cabe
señalar que: esta maña era practicada mas que nada, en los templos
de pequeña envergadura y trascendencia, sin que ello quite que los
grandes, también se sumaran a la “beneficio”
Muy interesante tu entrada de hoy.
ResponderEliminarOsea, que desde tiempos remotos, ya venían estas trampitas para beneficio propio?, imagínate?, qué diremos ahora?...
Todas las institucions siempre buscan su beneficio y se lucran a costillas de otros. Triste pero cierto.
Me encantó pasar a visitarte.
Te dejo un cálido abrazo!
Como podras ver: Nadie es completamente santo y completamente demonio.
ResponderEliminarGracias Nuria, por tu visita y por tu comentario.
Un fuerte abrazo.
Qué curioso lo que nos cuentas. Nunca me paré a pensar por qué algunos templos tenían una sola torre.
ResponderEliminarGracias por la valiosa información.
Un abrazo Pluma.
Como siempre digo: la historia esta escrita en cada pueblo, solo hay que leerla, por eso es que tanto me duele cuando no se cuida el patrimonio de nuestro pasado.
ResponderEliminarGracias Elena por tu visita y mas por tu comentario.
Un beso y un abrazo.
Hola amigo, de nuevo en el ruedo. Luego de ocuparme de mi otra profesión que es la plástica y cada tanto alguna muestra me lleva un puñado de mis días, no me quejo ya que de ella vivo, igualmente no dejo de lado ni me olvido con quienes comparto comentarios que me llenan de alegría y enseñanzas positivas.
ResponderEliminarMuy interesante tu entrada de las torres, los curitas siempre se las arreglan para coseguir dinerillos ofreciendo sus favores de escribir al todopoderoso para favorecer a los piadosos dadores de poderosas lismosnas.
Un fuerte abrazo.
Casi hasta tiene gracia la picaresca de las torres. Aqui a la hora de "mangar" o hacer trampas, no nos salvamos nadie. Me ha parecido curioso y gracioso tu relato.
ResponderEliminarUn furte beso
Hola Roberto:
ResponderEliminarBienvenido siempre a este pequeño rincon. Bien por ti, siempre haya trabajo estara bien.
Todos aprendemos de todos, pero hacer lo que tu haces..lo vceo dificil.
Estamos aqui, en la tierra y aqui: todo vale cada quien hace y se inventa mil y una mañas para sacarle la vuelta al que se descuida.
Tirios y troyanos, angeles y demonios, amen.
Un abrazo fuerte.
Mas que picaresca, yo le llamaria "santa astucia"para no herir suceptibilidades.
ResponderEliminarTodos somos hijos de Dios y todos tenemos derecho a pecar, unos pecan mas que otros, pero... todos pecan.
Ademas, los curitas estan mas cerca del Señor y ya se arreglan mejor con el.
A quien Dios se la dio, San Pedro se la bendiga
Un beso grande para ti gata.
Holaaaaaaaa otra vez. Tienes un premio en mi blog. Te espero para recogerlo.
ResponderEliminarEspero te guste, va con mucho cariño.
Besitos!