jueves, 15 de julio de 2010

El Turronero


Eran las cinco de la tarde de cada día de la semana. Primavera, verano, otoño e invierno.

El turronero no podía faltar. Con su tabla sobre la cabeza, cargada de deliciosos turrones rellenos con miel, calientitos y recién salidos del horno.

Lo vi, hasta fines de los sesentas. Hoy solo forma parte del pasado.

1 comentario:

  1. gracias por visitar mi blog, yo también recuerdo algo del ayer, mas que nada los dulces, no voy a olvidar a aquel señor que vendía sanguito, como me gustaba con grageas de colores y pasas, los alfañiques con maní, muy interesante tus reflexiones, un saludo cordial. Valery

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