La
Pera Del Amor
En
este mes en que el amor se pone de moda, por decirlo de alguna
manera, porque el amor siempre esta presente en nuestras vidas; desde
que nacemos y hasta que nos vamos.
Algo
hay que contar y esta vez si que me ha parecido muy oportuno, hablar
de un lugar muy sugerente, clásico y emblemático, dentro de las
cosas que hacen la historia y las tradiciones de una ciudad.
La
pera del amor, es un hermoso parque ubicado en el distrito de San
Isidro, en los limites con Magdalena Del Mar. Como telón de fondo y
sumun poético, tiene a la inmensidad del mar. Hablando en buen
cristiano: es un bello jardín con vista al mar.
Es
el punto final de la otrora bella Avenida Salaverry. Esta avenida,
que atraviesa cuatro distritos y que a su paso va mostrándonos:
hermosas casonas señoriales, de una arquitectura exquisita y
caprichoso gusto personal, según el mortal que la diseñara.
Símbolo de la opulencia y de la distinción, de una sociedad ya
extinguida.
Su
extenso recorrido, estaba romanticamente cubierto por el follaje de
frondosos de inmensos arboles; ficus y eucaliptos en su mayoría.
Todo un paraje capaz de ser la fuente de inspiración de un cuadro
de Vangogh , Pissarro o Monet, sin caer en las afiladas garras de la
exageración.
Hoy,
su belleza aun se puede apreciar, pero con menor intensidad que
antes. Ya el desorden, el descuido y demás lacras, van haciendo su
trabajo, el de acabar con la belleza de un lugar; porque si y nada
mas que porque si.
Pero
esta avenida, finaliza justamente en: la famosa “Pera Del
Amor”Cosa que nos invita a decir: Bella de principio a fin.
El
final de esta vía, tiene caprichosa o intencionalmente; forma de
pera, como se puede apreciar en la foto que acompaña este articulo.
¿Porque
se le llama pera del amor?
Resulta
que: en los años cincuentas y hasta mediados de los setentas, este
era el paraje preferido de las parejas.
Cuando
el sol se ocultaba y la noche llegaba, de manera sigilosa y cómplice,
si cómplice, porque para todo aquello que no se puede ventilar y
airear a la luz del sol ; la noche es el mejor de los alcahuetes.
Al
promediar las cinco y media de la tarde, en invierno y las siete de
la noche en verano: comenzaban a llegar los autos, que uno detrás
del otro se iban estacionando según el gusto de cada quien. Pero
antes de haber llegado a aquel paraje, las parejas habían
seguramente hecho un alto en: La Cream Rica, El Tip Top, quizás en
El Tambo, lugares que en aquellos tiempos; eran los establecimientos
que al estilo norteamericano vendían. Sanguches, leches malteadas, y
todo ese repertorio de alimentos con servicio al automóvil. A comer
sin bajarse de la nave y de postre: una deliciosa “pera”
Ya
en la pera, todo empezaba con una conversación y conforme iba
pasando el tiempo y la obscuridad de la noche se hacia mas negra,
tanto que la débil luz del alumbrado publico a duras penas podía
combatir y si era en invierno; había que sumarle el manto blanco de
la densa neblina, que lo cubría todo..Solo tendríamos que adivinar:
que podía ocurrir. Lo extraño y curioso es que: en aquellos tiempos
la tecnología automotriz no alcanzaba como para producir efectos
especiales en los coches, pero a pesar de ello: no se sabe aun
porque, estos se movían de manera inexplicable...
Aun
se siguen investigando las causa de este fenómeno. Lo cierto es que:
muchos lo recuerdan, algunos lo conocieron, otros solo escucharon
hablar de el y hay quienes ni se han enterado de que existía, pero
nadie podrá borrarlo de las paginas de las tradiciones e historias
de la Lima que se fue.
Hoy
aquel lugar, luce como un espacio mas con su belleza de siempre, pero
sin el calor del amor que una vez allí anido...Bueno mejor dicho;
los amores.
Imagínense
como estará de triste San Valentin
Me acabas de dejar intrigada, qué pasaría en el interior de esos coches para que se mecieran sin explicación aparente. Jajajajaja...
ResponderEliminarAquí en Córdoba también conocí yo un sitio en el que los coches se movían sin saber por qué, aunque eso sí, dicho lugar era bastante feo, nada que ver con ese paseo de la pera.
Un abrazo Pluma.
Es muy grato estar en tu espacio.
ResponderEliminarCuando leía tu relato... sentí que lo vivia, aunque no soy de aquella época, pero lo haz detallado tan bien.
Me gustó mucho.
Gracias por tu visita al mío y desde ya, eres siempre... BIENVENIDO.
Un saludo!.
Te invito a agregarte a mi página en facebook, se llama Nurinotitas.
Elena.
ResponderEliminarAun la ciencia no ha llegado ahi....
Cosas del amor.
En todo sitio se cuesen habas.
Gracias popr tu siempre agradable visita y el beso de siempre.
Mas grato es recibirte aqui.
ResponderEliminarBienvenida cotrranea, aun que no tengo la suerte de haber nacido en tu tierra. Un pedazo de Peru, tan calido y con tanta belleza.
Bienvenida a este rincon.
Gracias por la invitacion, pasare a visitarte.
Un beso para ti.
En mis tiempos no había coches,jajaja.
ResponderEliminarCreo que San Valentín nunca está triste...¡¡¡Es tan bonito el amor!!!
Un beso
¡Hay Gata!
ResponderEliminarSolo eso me faltaba, por oir.
Lo que si creo que sobre seguro
si habia en tus tiempos, eran peras y de las buenas.
Un beso y que el amor es boinito; es bonito e indispensable.
Hola Pluma y Data, me gustó el recorrido del viaje en tu relato muy bien hecho por cierto. Me acordé de un lugar que teníamos nosotros y frecuentábamos en los ´70, lo llamábamos Villa Cariño. Todo pasa quedan las historias, solo sobrevive el amor.
ResponderEliminarCon tu permiso, te voy a visitar seguido. Un gran Saludo.
Gracias Roberto por tu opinion y por tu visita.
ResponderEliminarSe que siempre habra: un Villa Cariño o una pera o cualquier otro rincon en el mundo para practicar el sano exercicio de...
Gracias una vez mas y bienvenido a esta tu casa.
Un abrazo.