Allá por el año 1, 920 Mauro Arbulù, ingeniero civil de profesión, casado con doña Rosalia Duarte y padre de dos pequeños, uno de tres y el otro de cinco años de edad.
Mauro y su familia vivían en la señorial ciudad de Trujillo; al norte del Perú. Por algunas referencias de parte de un pariente que residía en Lima, fue contratado por la compañía Norteamericana The Foundation Company encargada de realizar las obras de alcantarillado y agua potable de la ciudad capital.
Luego de aceptar y hacer las coordinaciones pertinentes, con la empresa en la que iba a trabajar decidió embarcarse a la capital con su familia.
Al llegar, se instalaron momentáneamente en casa de Joaquin Duarte, primo de Rosalia. Mientras Mauro hacia las gestiones para comenzar con su nueva vida capitalina.
Como prioridad numero uno, tenia la misión de encontrar una casa para vivir con su familia ya que con el primo, no podían seguir mucho tiempo puesto que casado casa quiere y también porque: bueno es culantro, pero no tanto.
Mauro, Rosalia y Joaquin, salían durante la semana a caminar en busca de una casa para que la familia se pudiese instalar.
Mauro, acostumbrado a la tranquilidad y señorío de su Trujillo natal, tenia predileccion por los lugares apartados del centro de la ciudad, a pesar que en aquellos tiempos Lima no era ni sombra de lo que es hoy, existía mas paz que en el propio cielo.
Por tanto, Joaquin le sugirió como alternativa, darse un paseo por Barranco; distrito limeño con categoria de balneareo y ubicado al sur del centro limeño. Un verdadero paraiso: mar, malecones arbolados, caídas de agua, vegetación tupida, quebradas y puentes. Señorial y distinguido, por sus cuatro costados, un sueño de ciudad, al extremo que ahí: podrían quitarsele las ganas de hacer maldades hasta al mismísimo diablo.
La tarea no era muy fácil que digamos, puesto que Mauro quería una casa con ciertas características tales como : grande, solariega, con vista al mar, con amplios jardines y mucha iluminación. Claro que para aquellos tiempos ese deseo no se parecía en nada aun capricho, porque todas las casas obedecían casi al mismo criterio.
Las jornadas eran algo largas. Al tercer día pasaron por un bar cercano a la plaza principal y decidieron entrar en el para comer y beber algo. Al
cabo de un rato, se acerco a la mesa en donde se encontraban Mauro y sus acompañantes,un hombre de aspecto distinguido y maneras idénticas.
El caballero de modales muy refinados, pidió permiso para interrumpir la conversascion que sostenían los parientes, obteniendo la aprobación de los comensales quienes a su vez le preguntaron ¿en que podemos servirlo señor? Permitanme presentarme: soy Gonzalo Pardo y Castañeda. Estaba dando un paseo por la plaza, como acostumbro los domingos luego de escuchar la misa en la iglesia mayor y no pude evitar fijarme en ustedes, que en mi modesta opinión' y por su comportamiento; están en busca de algo o preocupados por algún asunto. No me gustaría ser impertinente, pero si en algo puedo ayudarlos: estoy a vuestra entera disposición.
De ninguna manera señor, dijo Mauro, tome asiento. ¿desea tomar algo?
Bueno, un té.
En efecto, mi nombre es: Mauro, ella es mi esposa y se llama Rosalia y el mi primo Joaquin. Mi esposa y yo somos de la ciudad de Trujillo, estamos hospedados en casa de Joaquin. Sucede que he recibido una oferta de trabajo, la misma que he decidido aceptar y por tanto, nos encontramos buscando una casa para alquilar. Llevamos varios días buscando y hasta ahora no hemos podido encontrar lo que queremos.
¡Caramba! Es una coincidencia. Resulta que yo tampoco vivo aquí, pero tengo una casa que me gustaría rentar. Mi familia y yo, vivimos muy lejos de aquí y nos haría sentir bien, si encontráramos personas de nuestro buen ver, para que se ocuparan de ella.
Mauro> ¡No le he entendido bien !¿Que quiere decir con eso de que se ocupen?
Gonzalo> ¡Perdónenme por la torpeza! Me he expresado mal, lo que quiero decir es que: no queremos un simple inquilino que pague su renta y punto. No, lo que mi familia y yo deseamos; es que sean personas cuidadosas, que no deterioren las cosas y mas bien las cuiden. Hemos vivido ahí, desde siempre y tenemos un arraigo muy grande a ese lugar. Ademas, olvide mencionarle el hecho de que: no solo estoy hablando de la propiedad en si, si no también del mobiliario. La casa esta completamente amoblada y como comprenderán, no seria de buen gusto, que nuestras cosas se echaran a perder.
Mauro> Creo que las disculpas las debo yo en todo caso, por haberlo malinterpretado.
Gonzalo> No se preocupen, comprendo que recién ahora entablamos una conversación, sin conocernos y por eso es que estamos sujetos a los mal entendidos, para mi no tiene ninguna importancia.
Mas bien, me agradaría escuchar sus opiniones sobre lo que hemos hablado.
Mauro> Suena muy interesante, pero mas interesante sería; echarle un vistazo a la casa, para ver si nos agrada y se ajusta a lo que estamos buscado. Podríamos concertar una cita en el curso de la semana, si no le causa ningún inconveniente .
Gonzalo> De mi parte no hay ninguna clase de reparo. Es mas, si desean podemos pasar ahora mismo y se las muestro. Esta algo cerca de aquí, esta en la quebrada que baja a los baños de la playa.
Mauro, su esposa y Joaquin, se miraron y asintieron la cabeza en señal de aprobación. Se levantaron de la mesa y luego de pagar la cuenta, se dirigieron hacia el lugar en cuestión.
Bueno, dijo Gonzalo, los espero en veinte minutos en la siguiente dirección:
En la quebrada que baja a los baños de Barranco, hay una casa que se encuentra casi al borde de los acantilados, tiene unas escaleras que conducen a la playa y están adornadas con unas estatuas de mármol . Creo que no les sera difícil llegar, puesto que es bien conocida y se puede divisar a lo lejos. Es la única con esas características en la zona.
Mauro> ¿No seria mejor que fuésemos juntos?
Gonzalo> No, porque el chófer me espera a la vuelta de la calle y voy a pasar por la casa de un pariente para recoger las llaves. Es mejor que tomen la delantera y me esperen o viceversa. Pienso que no me voy a demorar mas tiempo que el necesario.
Mauro> Me parece bien, así quedamos entonces. Dicho esto cada quien partió por su lado.
Luego de un buen rato, Mauro y sus acompañantes llegaron a la dirección indicada. Ante sus ojos, tenían algo que sus mentes no habían imaginado ni en sueños. Estaban perplejos, sin aliento y algo sobrecogidos, por lo que estaban mirando...
Mauro y su familia vivían en la señorial ciudad de Trujillo; al norte del Perú. Por algunas referencias de parte de un pariente que residía en Lima, fue contratado por la compañía Norteamericana The Foundation Company encargada de realizar las obras de alcantarillado y agua potable de la ciudad capital.
Luego de aceptar y hacer las coordinaciones pertinentes, con la empresa en la que iba a trabajar decidió embarcarse a la capital con su familia.
Al llegar, se instalaron momentáneamente en casa de Joaquin Duarte, primo de Rosalia. Mientras Mauro hacia las gestiones para comenzar con su nueva vida capitalina.
Como prioridad numero uno, tenia la misión de encontrar una casa para vivir con su familia ya que con el primo, no podían seguir mucho tiempo puesto que casado casa quiere y también porque: bueno es culantro, pero no tanto.
Mauro, Rosalia y Joaquin, salían durante la semana a caminar en busca de una casa para que la familia se pudiese instalar.
Mauro, acostumbrado a la tranquilidad y señorío de su Trujillo natal, tenia predileccion por los lugares apartados del centro de la ciudad, a pesar que en aquellos tiempos Lima no era ni sombra de lo que es hoy, existía mas paz que en el propio cielo.
Por tanto, Joaquin le sugirió como alternativa, darse un paseo por Barranco; distrito limeño con categoria de balneareo y ubicado al sur del centro limeño. Un verdadero paraiso: mar, malecones arbolados, caídas de agua, vegetación tupida, quebradas y puentes. Señorial y distinguido, por sus cuatro costados, un sueño de ciudad, al extremo que ahí: podrían quitarsele las ganas de hacer maldades hasta al mismísimo diablo.
La tarea no era muy fácil que digamos, puesto que Mauro quería una casa con ciertas características tales como : grande, solariega, con vista al mar, con amplios jardines y mucha iluminación. Claro que para aquellos tiempos ese deseo no se parecía en nada aun capricho, porque todas las casas obedecían casi al mismo criterio.
Las jornadas eran algo largas. Al tercer día pasaron por un bar cercano a la plaza principal y decidieron entrar en el para comer y beber algo. Al
cabo de un rato, se acerco a la mesa en donde se encontraban Mauro y sus acompañantes,un hombre de aspecto distinguido y maneras idénticas.
El caballero de modales muy refinados, pidió permiso para interrumpir la conversascion que sostenían los parientes, obteniendo la aprobación de los comensales quienes a su vez le preguntaron ¿en que podemos servirlo señor? Permitanme presentarme: soy Gonzalo Pardo y Castañeda. Estaba dando un paseo por la plaza, como acostumbro los domingos luego de escuchar la misa en la iglesia mayor y no pude evitar fijarme en ustedes, que en mi modesta opinión' y por su comportamiento; están en busca de algo o preocupados por algún asunto. No me gustaría ser impertinente, pero si en algo puedo ayudarlos: estoy a vuestra entera disposición.
De ninguna manera señor, dijo Mauro, tome asiento. ¿desea tomar algo?
Bueno, un té.
En efecto, mi nombre es: Mauro, ella es mi esposa y se llama Rosalia y el mi primo Joaquin. Mi esposa y yo somos de la ciudad de Trujillo, estamos hospedados en casa de Joaquin. Sucede que he recibido una oferta de trabajo, la misma que he decidido aceptar y por tanto, nos encontramos buscando una casa para alquilar. Llevamos varios días buscando y hasta ahora no hemos podido encontrar lo que queremos.
¡Caramba! Es una coincidencia. Resulta que yo tampoco vivo aquí, pero tengo una casa que me gustaría rentar. Mi familia y yo, vivimos muy lejos de aquí y nos haría sentir bien, si encontráramos personas de nuestro buen ver, para que se ocuparan de ella.
Mauro> ¡No le he entendido bien !¿Que quiere decir con eso de que se ocupen?
Gonzalo> ¡Perdónenme por la torpeza! Me he expresado mal, lo que quiero decir es que: no queremos un simple inquilino que pague su renta y punto. No, lo que mi familia y yo deseamos; es que sean personas cuidadosas, que no deterioren las cosas y mas bien las cuiden. Hemos vivido ahí, desde siempre y tenemos un arraigo muy grande a ese lugar. Ademas, olvide mencionarle el hecho de que: no solo estoy hablando de la propiedad en si, si no también del mobiliario. La casa esta completamente amoblada y como comprenderán, no seria de buen gusto, que nuestras cosas se echaran a perder.
Mauro> Creo que las disculpas las debo yo en todo caso, por haberlo malinterpretado.
Gonzalo> No se preocupen, comprendo que recién ahora entablamos una conversación, sin conocernos y por eso es que estamos sujetos a los mal entendidos, para mi no tiene ninguna importancia.
Mas bien, me agradaría escuchar sus opiniones sobre lo que hemos hablado.
Mauro> Suena muy interesante, pero mas interesante sería; echarle un vistazo a la casa, para ver si nos agrada y se ajusta a lo que estamos buscado. Podríamos concertar una cita en el curso de la semana, si no le causa ningún inconveniente .
Gonzalo> De mi parte no hay ninguna clase de reparo. Es mas, si desean podemos pasar ahora mismo y se las muestro. Esta algo cerca de aquí, esta en la quebrada que baja a los baños de la playa.
Mauro, su esposa y Joaquin, se miraron y asintieron la cabeza en señal de aprobación. Se levantaron de la mesa y luego de pagar la cuenta, se dirigieron hacia el lugar en cuestión.
Bueno, dijo Gonzalo, los espero en veinte minutos en la siguiente dirección:
En la quebrada que baja a los baños de Barranco, hay una casa que se encuentra casi al borde de los acantilados, tiene unas escaleras que conducen a la playa y están adornadas con unas estatuas de mármol . Creo que no les sera difícil llegar, puesto que es bien conocida y se puede divisar a lo lejos. Es la única con esas características en la zona.
Mauro> ¿No seria mejor que fuésemos juntos?
Gonzalo> No, porque el chófer me espera a la vuelta de la calle y voy a pasar por la casa de un pariente para recoger las llaves. Es mejor que tomen la delantera y me esperen o viceversa. Pienso que no me voy a demorar mas tiempo que el necesario.
Mauro> Me parece bien, así quedamos entonces. Dicho esto cada quien partió por su lado.
Luego de un buen rato, Mauro y sus acompañantes llegaron a la dirección indicada. Ante sus ojos, tenían algo que sus mentes no habían imaginado ni en sueños. Estaban perplejos, sin aliento y algo sobrecogidos, por lo que estaban mirando...
Joer... perdón Pluma, pero esto no se hace, lo cortas en lo mejor de la lectura. Espero que sigas el relato a no mucho tardar, pues me dejas con una intriga...
ResponderEliminarQué linda debe ser Lima, lo poco que conozco de ella me llega a través de escritores como Vargas Llosa o Jaime Bayly, y la televisión claro. Ya me gustaría hacer un viajecito por esas tierras sudamericanas, conocer el Perú sería un magnífico acontecimiento.
Un abrazo Pluma.
Nada de perdon. El idioma es el idioma y hay que usarlo, porque sin no; se deteriora.
ResponderEliminarYo vivo enamorado hayta la medula de mi Lima, si bien ya no es lo que fue, pero yo tengo mi burbuja y ahi habito.
La belleza te pertenece un poco tambien ati, porque es lo que nos dejaron los españoles.
Y que no suene a lisonja, pero yo estoy perdidamente enamorado de España; de su arquitectura,costumbres, mùsica historia, etc.Para que seguir. De ella heredamos las joyas que hasta ahora existen despues de 477 años.
Gracias por tu visita, que llena a esta casa y le da luz, gracias por tu comentario y un poco de paciencia que esta semana, continuo con la historia. Paciencia, por lo menos creo que te dejo con algo en que pensar, para dos o tres dias.
Un beso
Pluma, acabo de darme cuenta de que tus actualizaciones no siempre aparecen en mi escritorio. Es más, tu blog no aparece en mi lista de blog que sigo, por mucho que agregue tu Url en mi escritorio.
ResponderEliminarAlgo pasa con bloger, al menos aparecerán tus actualizaciones en mi lista de enlaces.
Un abrazo y perdona si se me pasó comentar en alguna entrada tuya, no fue por mi causa.
Estoy ansiosa por saber el desenlace, por favor, no tardes mucho.
ResponderEliminarUn beso
Helena.
ResponderEliminarSi, es cierto a mi me ocurre lo mismo. Aveces apareces en la lista y derrepente, desapareces. Es muy extraño. Lamento el no tener respuesta para ello, pero no es necesario que yo tenga que perdonar algo. de ninguna manera, son cosas que ocurren y ya.
Gracias por tu preocupaciòn.
Un beso y un abrazo.
Maria De Los Àngeles.
ResponderEliminarGracias por tu preocupaciòn, pero no pienso torturarte con ello. Vas a tener la segunda parte mañana, que creo; no es mucho. Paciencia, paciencia.
Un beso.
Sigo esperando el desenlace y no es porque no tenga otra cosa que hacer, es, simplemente porque estoy impaciente.
ResponderEliminarPerdona mi impaciencia...
Un besito
Marìa De Los Àngeles.
ResponderEliminarGracias por tu inpaciencia, pero vas ha tener que armarte de paciencia.
Aqui va la segunda parte. Poco a poco como cuando bebes una copa de vino, asì lo saboreas mejor.
Gracias por tu interes.
Un beso.