Parte 13
Se encontró frente a una escena, que ningún ser humano seria capaz de describir y mucho menos de aceptar. Era el reflejo de la mas abyecta de las miserias humanas.
No podía creer, lo que tenia delante de sus ojos. Casi en el umbral de la locura, salio del lugar a pedir ayuda. Luego de haber conseguido algunos voluntarios, procedieron a dar sepultura a las inocentes victimas de una barbarie que por desgracia; no era la única en su genero en aquella villa.
Gonzalo, eligió como destino final de sus seres queridos: una pergola, que se encuentra en los jardines de esta casa. En en la que solía reunirse la familia en las tardes de verano, para ver la puesta del sol.
Luego de aquellos álgidos momentos, no se supo nunca mas nada de Gonzalo.
Hay quienes dicen: que lo vieron adentrarse en el mar, hasta perderse en el, otros que se marcho lejos del lugar y muchas mas historias, que por cierto; nunca fueron confirmadas ni desmentidas y se quedaron suspendidas en el tiempo y en la memoria.
Lo que si es cierto, es que la casa no volvió a ser habitada y con el pasar de los años, empezó a ser conocida con el nombre de: La Mansión Maldita.
Al escuchar Rosalia, aquel relato y mas aun en el momento de enterarse el nombre con el que era conocida la casa que ocupaba; sufrió un desvanecimiento, por lo que tuvo que ser auxiliada por su marido y el padre Luis.
R.P. ¡Ya vez hijo! Por eso es que no quería que ella estuviese presente en la conversación.
Mauro > Si padre, felizmente no es nada grave, pronto estará bien. Y, así fue, Rosalia se restableció y siguieron hablando del asunto.
Evidente es, que estamos muy impresionados por lo que nos acaba de contar, pero también esto nos confunde y preocupa, porque, nosotros tenemos un contrato firmado por Don Gonzalo y a la luz de lo expuesto por usted, no sabemos que pensar. El contrato existe y nadie lo puede negar.
También creemos que usted, ha podido darse cuenta de que no somos ningunos delincuentes o estafadores y que mas bien somos una familia honorable. No tendría sentido que lo fuésemos a buscar para hacerle perder el tiempo y engatusarlo. Nada puede percibirse que persigamos con ello.
R.P. > Si, hijo, si. Lo entiendo,pero también comprenderán, que n0 es fácil creer en el argumento que ustedes esgrimen, sabiendo que la realidad es otra.
¡A propósito! ¿Podrían mostrame el contrato que dicen tener?
M > ¡Claro que si! Inmediatamente se lo traigo.
Acto seguido, se dirigió a su despacho, entro en el y abrió una gaveta del secreter, tomo el documento que se encontraba dentro respectivamente dentro de una carpeta, luego se dirigió hacia el salón y se lo entrego al sacerdote, quien a su vez le agradeció el gesto.
El padre, cogió el contrato, lo abrió y procedió a leerlo. Cuando termino dijo: aparentemente, todo esta en orden, pero lo que no puede ser posible ni legal es: la supuesta firma de Don Gonzalo.
Mauro > ¿Me esta acusando de un delito?
R.P. > ¡ Como se te ocurre! De ninguna manera, pero de lo que si estoy completamente seguro, es de que han sido victimas de una estafa.
M> ¡Estafa! No entiendo de que manera nos puedan haber estafado. No le hemos entregado dinero a nadie. Ademas, le repito que la persona con quien hemos tratado y firmado el documento, es la misma que esta en el cuadro. Usted podrá tener la historia que nos ha contado, como un argumento, pero nosotros tenemos al primo Joaquin como testigo de todo.
R.P > Me parece, que esto no tiene sentido, es mejor que me retire y que ustedes recapaciten y puedan ver con serenidad la realidad de las cosas.
No se como pueden demostrar la verdad de algo, que carece de realidad y legalidad.
R.P > Antes de retirarme, voy a cumplir con el compromiso, que es la razón fundamental de mi presencia aquí. Bendeciré esta casa, porque se que lo necesita y ustedes mas aun.
Si les parece: me gustaría comenzar por la parte de arriba, luego los jardines y al final la parte interior de abajo. ¿Están de acuerdo?
Si padre, como usted diga.
R.P > Seria bueno que me acompañaran en dicho acto. Vamos a rezar unas oraciones conjuntamente a la vez que rogamos al Señor, por el descanso de las almas que aun no han encontrado el camino que las lleva a la paz eterna.
El sacerdote, comenzó su recorrido ya establecido y al regresar de los jardines y entrar nuevamente a la casa...
Desde luego si yo fuese la protagonista, no existiría relato, pues saldría por patas de esa casa y ahí se acabó la historia. Es que soy muy miedosa Pluma, y ante tanto misterio e intriga, lo mejor es poner kilómetros por medio.
ResponderEliminarPero bueno, como no soy la protagonista, aquí seguiré, esperando una nueva entrega de esta magnífica historia.
Un abrazo.
Helena.
ResponderEliminarLa razon te asiste y la comparto, pero cuando estas en el barco; no te queda otra que esperara que toque tierra y ahi; poner pies en polvorosa.
Gracias por tu perseverancia y un beso grande.
Cuando se solucione todo, ¿Se quedarán a vivir en esa casa? Creo que Rosalía no aceptará.
ResponderEliminarUn beso
¡Señora mia!
ResponderEliminarNo son de mi agrado ese tipo de comentarios, asi que por lo tanto: no pienso responderle.
Gracias mil por tu grata visita y espera, no tengas prisa.
Un beso.