martes, 10 de enero de 2012

El Contrato Segunda Parte


El Contrato

Segunda Parte


No cabía ninguna duda de que se encontraban ante una casa, fuera de todo contexto. Cabe señalar que: desde el punto de vista de sus expectativas, pues deseaban rentar algo, pero no de aquellas proporciones.
Quizás ese era el principal motivo de estar sorprendidos.
La casa no dejaba de ser imponente y atrayente. A pesar del evidente estado de abandono en el que se encontraba.
Era una especie de palacete, de arquitectura caprichosa, una mezcla de colonial con republicano, pero sin dejar de ter armonía en su conjunto. Enclavada en un farallón a setenta metros sobre el nivel del mar con un retiro de aproximadamente unos veinte metros de distancia del acantilado, con cara al el océano pacifico como desafiando al mundo y alimentándose de soberbia. Una soberbia de cuna y estirpe; todo un alarde de señorío. El mar y ella eran una obra de arte en su conjunto y mas aun en cada atardecer, con el incandescente color naranja del astro rey, que se reflejaba en los cristales de sus ventanales, que hacían las veces de mejillas ruborizándose con el beso sutil de un amante que nace y muere cada día frente a ella.
Unas escaleras de piedra, descendían hasta la playa, adornadas con estatuas de mármol, que invitaban a pasear a cualquier hora del día.
El asunto es que: los tres parientes, ya se encontraban ahí a la espera de Gonzalo, según lo acordado. Por lo que se podía apreciar, aparentemente el mencionado señor, no había llegado todavía y brillaba por su ausencia.
Mauro, Rosalia y Joaquin, en tanto que esperaban paseaban por los jardines. ¡de pronto! En la puerta principal se encontraba Gonzalo, gesticulando y haciendo señas para que los invitados se aproximaran.
Al llegar a la puerta de la casa, Mauro exclamo ¡como! Creíamos que aun no había llegado usted y estábamos merodeando a la espera.
Gonzalo> No se preocupen señores. Lo que ocurre es que: el chófer de un amigo, es el que me trajo hasta aquí, pero se marcho, porque tiene ocupaciones que atender, luego mas tarde volverá por mi.
Pero vamos a lo nuestro; pasen, pasen, adelante. Disculpen que nos les ofrezca nada pero como podrán ver: las condiciones no se dan como para invitaciones.
Esta es la casa que les estoy ofreciendo. Se las voy a mostrar y luego ustedes tomaran su decisión.
Mauro> Bueno, verá Usted don Gonzalo; mi presupuesto no es tan holgado como para aspirar a tanto. Supongo que lo que Usted, exige como renta esta muy por encima de mis expectativas. Mas bien yo le pediría, que me disculpe por abusar de su tiempo. Claro esta que: la visita a su casa ha valido la pena y nos vamos algo apenados por no haber podido llegar a un arreglo.
Gonzalo> ¡ Pero que dice amigo mio! ¡Nada de eso! Veo que se han pronunciado y han dicho lo que tenían que decir, ahora me toca a mi.
Si ustedes tienen un presupuesto destinado a rentar una casa y yo les ofrezco esta por ese precio,no veo cual es el inconveniente.
Mauro ¡Como! ¿Nos esta haciendo un regalo?
Gonzalo> ¡No hombre! Lo que le estoy diciendo es lo que ya les mencione en el bar en donde nos encontramos. Es muy fácil de entender. Lo que sucede es que yo, tal vez me he expresado mal.
Sucede que esta casa la tengo abandonada y no hay quien se haga cargo de ella. Se que si solo tuviera que rentarla, el precio seria inalcanzable para Ustedes. Pero, yo también estoy interesado en personas de bien, que cuiden de ella como si fuese propia. Lo que yo les estoy proponiendo en realidad; no es mas que un trato, por lo que no veo razón para que se sorprendan o crean que hay algún error.
Creo que me he explicado bien ¿no?
Mauro> Creo que ahora, todo esta claro, aunque... No me hago a la idea y también me pregunto ¿Como es que Ud, deposita su confianza en nosotros, si apenas nos conoce?
Gonzalo> Son cosas que a veces suelen ser algo difíciles de explicar. Lo que ocurre es que ustedes son personas que me inspiran mucha confianza, en sus miradas puedo percibir su honestidad y don de gentes.
Solo tómenlo como una de esas cosas que ocurren y no se explican.
Mauro> Vamos a pensarlo y si decidimos aceptar su propuesta, nos comunicaremos con usted. ¿de acuerdo?
Gonzalo> No hay ningún problema, como ustedes prefieran, pero me gustaría, esperarlos la próxima semana aquí a esta misma hora., si es que no tienen ningún inconveniente.
El día martes próximo a las cuatro de la tarde, me parce que podríamos reunirnos. ¿Que les parece? ¿están de acuerdo? Voy a tener listo el CONTRATO. Si están de acuerdo, lo firmaran y si no, simplemente lo romperemos y las cosas quedaran sin efecto y como hasta hoy.
Mauro> Por mi parte no hay inconveniente alguno. Podemos encontrarnos ese día. Aquí.
Seguidamente Gonzalo, continuo mostrandoles la casa y luego se despidieron hasta la próxima...
Continuara...

La hace referencia al lugar, solo que es actual.

4 comentarios:

  1. Seguiremos esperando tan ansiado desenlace.
    Perdona mi anterior comentario y mi impaciencia, creo que todo se debe al cambio de horario. En este momento, aquí en mi pueblo, Madrid, España son...las 2.02 -A M
    como verás me acuesto un poco tarde.
    Un beso

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  2. Vaya, esta vez estuve atenta y no te me escapaste, otra vez desapareciste de mi escritorio, vamos, que eres como el Guadiana, un río español que aparece y desaparece según qué tierra recorre.

    Y mereció la pena esperar, el relato está muy interesante, mantiene la intriga y es de ágil lectura. Así que volveré a esperar la siguiente entrega.

    Un beso Pluma.

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  3. Maria De Los Angeles.
    ¿No te parece un poquito grande el pueblito?
    Gracias por trasnochar y esperar mi entrada.
    No hay nada que disculpar.
    Gracias por estar ahi.
    Un beso

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  4. Elena.
    No me estare volviendo un ser del mas allèa.
    Ya te dije que igual me ocurre contigo, no se que pasa. Debe ser un problema de bloger, pero no se cual puede ser la causa.
    Gracias por tu visita y tu paciencia y por tus palabras.
    Es lo que siempre trato de hacer. Algo facil de leer.
    Gracias una vez mas.
    Un beso

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